MÍNIMO INVENTARIO PERO NO A COSTA DE LA SATIFACCIÓN DEL CLIENTE

Por: Edna Barrios

Una combinación de estrategias entre JAT, make to order, assemble to order y un mínimo stock to order podría ser la respuesta a la pregunta sobre la gestión del inventario.

Si bien es cierto que el inventario cuesta, también es cierto que el no tenerlo puede costar aún más, puesto que si le apostamos al cero inventario sin estar lo suficientemente preparados corremos el riesgo también de quedarnos con cero clientes satisfechos.

Por mucho que podamos coordinar las entregas de los proveedores siempre debemos prever situaciones inesperadas, las cuales pueden ser controladas, por ejemplo, por una parte el teniendo una buena previsión de la demanda y por otra, desarrollando algunos productos básicos con proveedores locales.

Otro factor que contribuye en la actualidad a cerrar esta brecha es la tecnología. Por ejemplo, Amazon ofrece gran variedad de productos, algunos directamente y otros a través de terceros, facilitando la conexión proveedores y clientes. El objetivo, satisfacer al cliente ofreciéndole plazos de entrega razonable a precios competitivos.  Es así como es este quien decide a quien comprar en virtud de cuán necesitado está de recibir sus productos y de esta forma contribuimos en gran medida a su satisfacción. En este caso, la empresa comercializa pero este esquema podría ser llevado a cabo por otro tipo de industria, de tal forma que se minimice el inventario sin tener que sacrificar al cliente.

 


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