Reducir costes empresariales en el siglo XXI

Estando de acuerdo en que la reducción de costes es, y debe ser, una premisa en la gestión empresarial, máxime en periodos de contracción económica en la que la otra pata del beneficio, los ingresos, disminuyen por un sinfín de causas, algunas globales, difíciles de superar por uno mismo (sin quitar mérito al punto de vista  más optimista de ver oportunidades a las etapas de crisis, no siempre la oportunidad se puede ejecutar o tenemos la capacidad de llevarla a cabo). Si creo que la forma de hacerse debe cambiar.

Quizá el sistema tradicional de valoración por volumen ha influido para que ante un objetivo de reducción de costes sean las grandes partidas de gasto: Personal, proveedores, las que se ajusten, y no se  plantee un sistema preciso y completo de optimización.

Esto es entendible,  necesita un estudio más ligero (relativamente) y los efectos positivos de reducción se ven rápidamente pero las consecuencias a medio y largo plazo no son tan positivas, generándose un efecto automático de acordeón (crisis-contraigo, crecimiento-amplio) que no acaba de analizar a fondo nuestra estructura de costes o sus posibles fallos.

Frente a esto, la valoración de costes por actividad ofrece un estudio más riguroso y exacto de nuestros costes y su posible mejora.

Partiendo de un mapa de actividad lo más completo posible y definiendo los generadores de coste tendremos una visión general y estructurada y así podremos analizarlos primero y optimizarlos después, de manera integral.

Para hacerlo, resulta fundamental conocer la estructura de costes del sector, de nuestros principales competidores y de nuestros clientes antes de actuar, si queremos ofrecer ventajas competitivas debemos de saber donde debemos y si podemos hacerlo.

Y una vez hecho esto, es decir, analizados los costes, valorados en términos absolutos y relativos, comparados y decidido donde debemos reducir ¿como lo hacemos?.

Pues aprovechando para mejorar la calidad de nuestro producto y servicio y nuestra relación con el cliente, y esto ¿es posible?.

Creo que sí, y es a través de la innovación. Ahora podemos ver y conocer al momento las mejoras que se están produciendo en nuestro sector, estudiar posibles tendencias futuras y conocer el avance de la tecnología para la consecución de nuestros objetivos más pronto y con más calidad, y esto lo podemos hacer de forma menos costosa, la era tecnológica actual nos permite comparar opciones y seleccionar el avance que mejor nos viene para nuestro negocio dentro de una amplia red de suministradores expertos con una fuerte competencia entre ellos que nos favorece.

Un ejemplo del tipo de innovaciones tecnológicas a las que me refiero sería los nuevos sistemas de comunicación, como la video-conferencia, la tenemos a nivel particular con nuestra tarifa (plana) de datos, imaginemos el ahorro que supondrá a las empresas en desplazamientos, alquiler de salas de eventos… tiempo sobre todo, cuando las empresas usen todo su potencial de forma generalizada.

 

 

 

 


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