NO HAY RECETAS MÁGICAS Y MENOS EN TIEMPOS DE CRISIS

Como resumen y tema a destacar de esta primera semana de contabilidad analística, me ha parecido especialmente interesante la lectura de “reducción de costes en tiempos de crisis”
Todos hemos vivido y en la actualidad con mucho más motivo, el ejercicio y esfuerzo de las empresas por la reducción de costes, cuando las ventas disminuyen, la financiación es complicada de conseguir y los márgenes en los negocios van siendo menores.
Más que nunca, a la hora de implantar estas medidas debe ser considerado el largo plazo, aunque muchas veces la magnitud del problema no deja ver más allá del mañana, cualquier horizonte temporal que vaya más allá ni importa ni se considera.
La necesidad de realizar un análisis profundo de los problemas que haga crear valor a nuestra organización y aprovechar ese momento de debilidad para crear una oportunidad diferenciadora que nos haga salir reforzados. No sólo centrarnos en las medidas urgentes e inminentes.
Tener la capacidad de ponerse en el lado pesimista de un negocio y tener las alternativas cuando en nuestra cuenta los ingresos y márgenes se reducen, es algo fundamental como la versatilidad para adoptar medidas de choque. Queda claro que la reducción de costes tanto operativos como los relativos a la reestructuración de las compañías es algo más que habitual para los directivos de una compañía.
La importancia de tener una estrategia a corto y largo plazo es fundamental para llevar al éxito la reducción de costes orientada en la dirección correcta.
Como medidas y para empezar por el principio, fundamental identificar las palancas de coste en el negocio y utilizar este conocimiento para crear esa conciencia de los COSTES que sirva tanto para los buenos como para los malos tiempos.
Este proceso de cambio que arranquemos debe considerar todos los eslabones de la cadena de valor de la organización y por lo tanto, deben evaluarse los procesos, tecnologías y estructuras organizativas que lo componen. Esto implica revisar desde el diseño de los productos que se comercializan, los canales por los que se distribuye o las formas en las que se realizan las compras. Este tipo de cultura no puede crearse de la noche al día, pero cada grano de arena que se deposita puede representar el puntal para que el resto de la organización se movilice en la misma dirección.
Más que nunca, los directivos y responsables de las organizaciones, no deben bajar la guardia, analizar la realidad que les rodea y su propia organización, aprender de los errores para que no se repitan y adelantarse a los acontecimientos con estrategias sostenibles para su organización a largo plazo.


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