Cuéntamelo a mí

Venga, cuéntamelo a mí. O explícamelo, o como quieras llamarlo. El caso es que hay algo que quieres comunicar, y además eres capaz de hacerlo. Eres capaz de contármelo a mí, a tu amigo, a tus padres, a tu sobrino, a tu compañero de trabajo… entonces ¿cuál es el problema?

Veámoslo de esta manera, ¿qué es lo que haces cuando decides contarme algo a mí?

En primer lugar decides exactamente lo que me vas a contar. Casi haces la frase resumen en tu cerebro: “Lo que te voy a contar es que el mundo ha cambiado. Y, o nos adaptamos, o nos quedamos fuera”. Muy bien, ya me has contado la idea principal, ¡y me gusta!, tienes mi atención.

Y entonces piensas: “¡a ver cómo se lo explico!”

Pues a mí pónmelo fácil, si me vas a hablar de Cloud Computing por ejemplo, vas a tener que empezar desde el principio, y no profundizar mucho. Lo justito para que sepa que existe, lo que es, para qué sirve, y muy por encima, cómo se usa. Y yo te haré un montón de preguntas, pero seguramente ninguna será muy difícil para ti.

Ahora bien, si se lo cuentas a Raúl, que es ingeniero informático, y además le gusta el tema. Con él serás más técnico, te explayarás más, y entraréis en detalle. Sus preguntas serán más difíciles, pero no serán un problema, tú eres el experto, por eso eres tú quien lo cuenta.

Pero ¿y si te piden tus padres que se lo expliques a ellos?, ¿Serías capaz?, Pues también. Estoy convencida de que se quedarían, al menos, con la idea general.

¿Y a tu sobrino o primo de 18 años? Pues a él seguramente, de Cloud Computing poco le vas a poder contar, pero sí puedes contarle cómo era el mundo que conocías, y cómo es el de ahora. E incluso acabaréis debatiendo sobre cómo será el del futuro.

Así que ¡ya está! En función de quién vaya a ser tu interlocutor, te has hecho un esquema de qué vas a contar, y cómo, ¿mi consejo para esto? No te enrolles mucho, frases cortas, simples (si es posible: sujeto + verbo + predicado), y si puedes, numéralas. Yo a este método le llamo el “Método Rodolfo Chiquilicuatre”, y me ha resultado siempre muy práctico, hay quien le llama la “Regla del 7”: 7 frases por diapositiva, 7 palabras por frase. La idea es la misma. Lo importante es evitar esto:

 

Muy bien, pues ahora que ya sabes cómo lo vas a contar, ya está casi hecho ¿qué falta? ¿contarlo? Muy bien, adelante, cuéntamelo a mí. Y ayúdate de un Power Point, de un papel y  un boli, o de tu capacidad dialéctica, eso da igual. Lo importante es que yo lo entienda.

¿has podido? ¿a que sí?

Muy bien, ahora dime una cosa ¿podrías hacerlo de pie?

Has dicho que sí ¿verdad?

Y si conmigo viene 1 amigo, ¿podrías contárnoslo a los dos?

¡Pues claro que sí!

¿Y si vienen 2? Pues lo mismo, ¿y 3?… entonces ¿por qué dices que no sabes hablar en público?

La próxima vez que tengas que hablar en público, prueba esto: elige a una persona de ese público, y cuéntaselo a ella, y a los amigos que han venido con ella. Porque me acabas de decir que eso sí puedes hacerlo.

 


Suscribirse a comentarios Respuestas cerradas, se permiten trackback. |

Comentarios cerrados.


Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies