PAPEL DE LOS COSTES DE CALIDAD EN LA GESTIÓN EMPRESARIAL

Como todos sabemos y habremos podido comprobar en repetidas ocasiones, en un sector tan sumamente competitivo como es el de las infraestructuras, las empresas necesitan para poder asentarse con éxito en los mercados y poder superar a la competencia, ofertar servicios de excelencia que satisfagan con creces los requisitos de los clientes.

La gestión de calidad y con ello, los costes derivados de esta gestión, están tomando cada vez más importancia dentro de las empresas, que implantan determinados sistemas en su metodología de trabajo. Entre los más comunes del sector y con los que, seguro, la mayoría nos hemos codeado, son la Gestión de Calidad ISO 9001, Gestión Ambiental ISO 14001, Gestión del Ecodiseño UNE 150301, Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo OHSAS 18001 o el Modelo EFQM de Calidad y Excelencia entre otros.

Los principios fundamentales de este tipo de sistemas son, ante todo, el desarrollo de una mejora continua en todas las actividades llevadas a cabo por la empresa y en consecuencia, una mayor satisfacción de las necesidades del cliente.

Para que la implantación pueda dar sus frutos, se necesita la participación activa de todos los miembros de la organización, desde los puestos directivos hasta el último eslabón de la cadena de trabajo. En muchas ocasiones, no es fácil convencer a la plantilla de los beneficios aportados por un proceso de este tipo. Estos sistemas son costosos, requieren una planificación exhaustiva, registro de resultados, inspecciones internas, etc. que hay que dejar indicado debidamente para su control y verificación (el fundamento principal no es otro que planificar, hacer, verificar y actuar). En definitiva, la gran carga documental que conlleva este tipo de procesos, puede parecer una pérdida de tiempo más que una buena metodología a seguir, por no hablar del coste económico que conllevan las auditorías internas, externas y el trabajo de las empresas certificadoras.

Por otro lado, en algunos ámbitos, como pueden ser los concursos públicos y determinadas licitaciones, se requiere la implantación de sistemas de aseguramiento de la calidad como demostración del buen hacer de la empresa, provocando que en algunos casos, la consecución de este tipo de sistemas no sea más que para cubrir el expediente y poder optar a este tipo de trabajos.

Para obtener los beneficios marcados se necesita a un buen líder que conozca las ventajas reales de la gestión de la calidad, que dirija y sepa involucrar a todo el grupo en los procesos, que informe detalladamente y razone sobre las virtudes que ésta puede promover en la organización. Solo así se logrará realmente un servicio de mayor calidad, una mejora operativa de los procesos, un incremento de la eficiencia y de la productividad, un aumento de la rentabilidad de las acciones y por tanto, una disminución de los costes generados por la empresa en la ejecución de las actividades.

Para concluir, y a modo de resumen, la calidad debe tomarse como un punto más de la estrategia a seguir para garantizar la supervivencia y el crecimiento de una empresa, estando siempre en línea con los objetivos generales de la institución para alcanzar las metas marcadas.

Y es por esto, tal y como ha apuntado Gonzalo Viloria en un foro, que “la gestión de calidad y la gestión de costes son dos caras de la misma moneda que no se deben gestionar como mundos paralelos.”


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