El resurgir del «Business intelligence»

Muchos de nosotros hemos oído hablar del business intelligence, aunque quizás pocos sabemos exactamente a qué se refiere este término. De hecho, puede parecer que es una herramienta relativamente nueva en las empresas, muy relacionada con la informática y las nuevas tecnologías, pero el término para referirse a ella fue acuñado en 1989 y el mundo empresarial ya era consciente de su uso, sin darle un nombre, desde 1958, cuando simplemente fue descrita en un artículo por el investigador de IBM, Hans Peter Luhn, como la capacidad de comprender las interrelaciones de los hechos presentados de tal forma que consiga orientar la acción hacia una meta deseada.

Retomando el tema del máster donde se habla de la importancia de las métricas de control en las start up, parece muy conveniente el uso de herramientas como el internet de las cosas y la correspondiente minería de datos para su análisis. En este sentido, si queremos medir lo bien que funciona o puede funcionar nuestro negocio, debemos ser capaces de establecer métricas que nos lo indiquen. No basta con decir que estamos avanzando mucho, bastante o poco. Tenemos que tener claro que las métricas son la base sobre la que tomar decisiones en una start up. Además, la mayoría de las métricas que  se usan o que nos podemos inventar, no son independientes, sino que están imbricadas entre ellas. Es por esto que la informática adquiere una gran importancia a la hora de analizar la gran cantidad de datos, que son el combustible para las técnicas de inteligencia empresarial, que harán más eficiente nuestra labor de conseguir tener éxito con nuestra idea.

Existen muchas métricas de control. A continuación resalto algunas en las que el business intelligence es clave para medirlas:

El análisis de datos está permitiendo a las compañías ser punteras y se está convirtiendo en una competencia clave al mismo tiempo que una estrategia organizativa. La habilidad para almacenar, procesar y distribuir información más rápido que la competencia diferenciará a las organizaciones y les dará una ventaja competitiva.

Obviamente el análisis de esta gran cantidad de información generará nuevos puestos de trabajo con perfil matemático e informático.

Una consecuencia que tendrá esta revolución en la forma de hacer negocio será la gestión de la seguridad del ciudadano. Sin duda habrá que reformar la legislación para asegurar la privacidad y confidencialidad de toda esta gran cantidad de información. Se tendrán que implementar nuevos sistemas de control de acceso a la información. También esto conllevará la incorporación de expertos en la materia, en cuerpos de seguridad como la policía

El big data y el internet of things han llegado para quedarse y son la revolución del siglo veintiuno. Tomémoslo como una herramienta para facilitar la vida de la cada vez más poblada tierra y no como un arma para su destrucción.

 

 

 


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