Cuantificación personal: ¿Moda o necesidad?

Hoy en día los wearables están en boca de todos, especialmente de aquellos que llevan una vida activa. El término wearable hace referencia al conjunto de aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo interactuando de forma continua con el usuario y/o con otros dispositivos con la finalidad de realizar alguna función concreta como contar pasos, medir pulsaciones, etc.

Esta moda empezó en cierta manera con los deportistas, colectivo que ya de por sí ha mirado poder medir sus pulsaciones cardíacas mientras practican sus actividades deportivas. Si bien siempre se ha realizado con el uso de pulsímetros a lo ancho del pecho, ahora esas pulsaciones se recogen desde la muñeca gracias al uso de unas pulseras con la tecnología necesaria para diferenciarlas. Y al final no es que se haya realizado una gran invención, sino que se ha adaptado una tecnología a otros usos/aplicaciones que han acabado siendo de gran interés.

Todos reconoceremos, esta imagen ¿verdad? Se trata de un pulsioxímetro de hospital, que como el diagrama indica, funciona mediante un emisor y un receptor de luz. Éste nos permite medir el flujo sanguíneo en nuestro dedo, obteniéndose así las pulsaciones cardíacas. Pues bien, esta tecnología se ha adaptado recientemente a nuestros terminales móviles, pulseras cuantificadoras, etc.

En las siguientes imágenes se puede ver cómo se ha adaptado esta tecnología de un pulsioxímetro a un móvil, pulseras, relojes, etc. En todas estas aplicaciones el funcionamiento es similar, pues disponemos de una unidad emisora de luz (flash o led) y otra receptora de luz (cámara o sensor).

Esta adaptación de la tecnología a usos más cuotidianos ha impulsado esta nueva moda de medirse o “cuantificarse” en todo momento. De esta forma y analizando los datos generados podríamos dar respuestas a muchas preguntas como, ¿es normal que me aumente la temperatura corporal cuando hago deporte? ¿Cuáles son mis pulsaciones basales/sin ejercicio alguno? Entre muchas otras.

El uso de esta cuantificación está sobrepasando a lo deportivo, siendo ahora ya una moda el medirse en diferentes aspectos de nuestra vida. Pero, ¿y qué hay de nuestra salud? ¿Existen patologías donde sea conveniente medirse constantemente para mantenerse saludable? Efectivamente, encontramos ejemplos a esta respuesta en la diabetes, o en la anticoagulación sanguínea.

En el primer caso, y explicado de forma muy breve. El paciente diabético, incapaz de regular sus niveles de azúcar de forma fisiológica, necesita de un medidor de glucosa en sangre (glucómetro) para determinar si sus niveles de glucosa son elevados o no. En el caso de que sean elevados, se administrará insulina de forma externa (y no interna como realizaría el páncreas en condiciones normales) para facilitar la disminución de los niveles de glucosa en sangre.

Del mismo modo, las personas con problemas de coagulación sanguínea necesitan monitorizar constantemente la tasa de coagulación sanguínea (INR) para determinar si su sangre es muy líquida o muy espesa. Ambos casos constituyen un riesgo a nuestra salud ya que de ser la sangre muy líquida podemos sufrir una hemorragia ante cualquier caída o herida, y de ser muy espesa podríamos generar coágulos o trombos que al bloquear la circulación sanguínea podrían producir un infarto o angina de pecho. En este caso, los pacientes anticoagulados requieren de una medicación para “licuar o espesar” su sangre, y de un dispositivo médico para controlar cómo están esos niveles de coagulación sanguínea. Existen servicios como Tao-Control® (www.tao-control.com) que disponen de estos dispositivos y consejo profesional a esta serie de pacientes para proveer la seguridad necesaria a los pacientes anticoagulados.

Éste último caso, es un claro ejemplo de hacia dónde se dirije esta nueva “moda” de cuantificarnos, y es que si bien le podríamos denominar “moda” en muchos casos, en muchos otros es más bien una necesidad rigurosa, pues hablamos de nuestra salud.

Devicare (www.devicare.com), empresa de índole tecnológica, aspira a liderar el mercado del autocuidado del paciente crónico, actuando como diseñador, fabricante y proveedor de dispositivos y servicios orientados a medir cualquier parámetro corporal que sea susceptible de condicionar el estado de salud de una persona, especialmente en aquellas enfermedades crónicas.

Es también el caso de Lit-Control (www.lit-control.com), plataforma urológica de prevención de enfermedades urinarias relacionadas con el balance ácido-base de la orina. Lit-Control está constituida por un dispositivo médico que mide con especial precisión el pH urinario y unos complementos alimenticios que suben y bajan dicho pH. Con ello se consigue prevenir y tratar patologías urológicas relacionadas con el estado de acidez-alcalinidad de la orina, como la litiasis renal, infección urinaria, vejiga dolorosa o hiperactiva, o incluso las calcificaciones de catéteres o sondas vesicales.

En mi opinión personal, la “cuantificación” dejará de ser una moda y pasará a ser algo habitual. El beneficio global pasa por conocer mejor el funcionamiento de nuestro cuerpo de forma individual. La medicina actual está cambiando, “medicina personalizada” se dice ahora, y pasa por encontrar soluciones adaptadas a cada individuo. Si nos “cuantificamos” de mil maneras, está claro que al final sabremos decidir si algo nos conviene o no.

Así pues, ¿cuál es vuestra opinión? ¿Es la “cuantificación” una moda o una necesidad?

Me gustaría acabar este sencillo post con un video de TED Talks, donde una mujer nos cuenta cómo la “cuantificación” o generación de datos propios ha influido y de qué manera en su vida y en la de sus familiares.

No hay comentarios / 26 Nov 2016 por abofill
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