Saca el creativo que hay en ti, ¿jugamos?

Diez de la mañana, segunda ponencia del día dentro del área “Marketing e Innovación”, rodeada de decenas de asistentes ansiosos por escuchar a Franc Ponti. Empieza la conferencia “Mente Creativa, Actitud Creativa: Tendencias en innovación para gente creativa”,  y haciendo uso de mis buenos modales, me hago con un sitio, relativamente cómodo, donde poder seguir las palabras del autor del libro Si funciona, cámbialo.

Nos habla de los estados de la creatividad, fases por las que pasamos cuando somos creativos. La primera es conectar, debemos estar despiertos y ser capaces de ver conexiones entre cosas que aparentemente sean inconexas. Después hay que visualizar, es decir, pensar en imágenes más que con palabras; no hay que tratar de verbalizar a estas alturas, ya que lo más probable es que sea imposible o muy difícil. Seguimos con una fase centrada en absorber toda la información posible para después transformar lo que existe hasta el momento. En esta fase, las personas insatisfechas con su situación, o con problemas en la vida, son especialmente creativas, ya que  buscan resolver esas crisis personales, dando rienda suelta a todo su potencial, para tratar de solucionar el problema. Más tarde entramos en proceso de evaluar, de ver si las ideas que hemos tenido tienen valor o no, para finalmente fluir, momento en el que unimos todos los verbos en negrita anteriores para producir. Normalmente las personas nos sentimos más cómodas en dos o tres de estos estados, pero para ser realmente creativos habría que poner en práctica todo lo dicho anteriormente.

Franc, repite constantemente las frase actitud creativa, nos dice que todos podemos ser creativos, que sólo hay que saber potenciar esta actitud. Y nos invita a reflexionar sobre qué es la actitud creativa citando varios ejemplos reales de empresas creativas. Empresas que han hecho las cosas de otra manera, mientras que el resto mantiene sus estrategias – si hasta el momento han funcionado, ¿por qué cambiar? – craso error…

Actitud creativa es provocación, desafiar lo convencional, como ya hiciera Ikea revolucionando la forma de vender muebles. Es colaboración, competir está reñido con innovar; no ver a tus competidores como el enemigo, si puedes lanzar un producto o colaborar con tus competidores para hacer algo innovador, ¡hazlo!. También es el no-miedo, se debe confiar en la innovación, sin miedo a equivocarse o sin temor a represalias y, ni que decir, no reprender a quien se equivoque por innovar. Es liderazgo, aunque la creatividad sea un caos, debe tener un cierto orden, un cierto liderazgo. Es pasión, hay que ir más allá de lo profesional porque resulta insuficiente, las empresas más innovadoras son aquellas en las que la gente se lo pasa bien, donde sonríen, conversan, donde fluyen las ideas… empresas que se preocupan por las ilusiones y por mantener la llama viva, sin caer en la rutina y el aburrimiento (¿quién es capaz de crear estando aburrido?). Por último, una actitud creativa es innovar, es hacer las cosas de forma diferente, implicando a todos y nunca con objetivos comerciales o económicos, la parte de incremento de la facturación será la consecuencia (si se ha hecho bien) y no la motivación.

Me gusta como Franc recalca que innovar es jugar, hay que inventarse escenarios, abrir la mente, volver a esos años donde jugábamos y todo valía, nunca fuimos más creativos que cuando jugábamos. Me ha hecho gracia la evolución del archiconocido brainstorming, ahora nos enfrentamos (y digo bien, porque muchos lo temen) al bodystorming – el teatro de toda la vida – última tendencia en creatividad donde lo que se busca es simular escenarios, procesos de compra, comportamientos del consumidor… para satisfacer las necesidades de formas distintas. Hacer las cosas de formas distintas, crea nuevas conexiones entre los estados de los que hablábamos al principio.

Ya casi está terminando y nos habla de la parte más emocional de la innovación y creatividad. Como en su día dijo el maestro Goleman, hay que trabajar con las emociones. Dejémonos de tanto cerebro racional y dibujemos, pintemos, creemos una empresa capaz de emocionar a la gente que está allí para ser capaz de emocionar después a sus clientes.

En definitiva, la tendencia es ir hacia lo oriental, llevar la mirada al interior, la tranquilidad y el sosiego para fomentar la innovación y la creatividad. Sin tiempo para reflexionar, re-plantearnos las cosas y pensar, parece imposible crear cosas de forma diferente.

Leticia Álvarez Urrutia

@leticia_urrutia


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