Peligro: «Mujeres a bordo»

mujeres a bordo

En ocasiones los Consejos de Administración de las grandes empresas recuerdan las supersticiones marineras de hace siglos: ¿Mujeres a bordo? ¡No, que traen mala suerte! El caso es que nuestros dirigentes empresariales son más sutiles y jamás dirían algo semejante en voz alta. Pero, veamos, el retrato robot de un consejero tipo actualmente en España (aunque no sólo) es: varón, de unos 55 años y que ha tenido altas responsabilidades en una empresa, condición indispensable para llegar hasta un consejo. Como las mujeres no acceden a ese tipo de puestos previos en las empresas (presidentas, consejeras delegadas, directoras generales o cargos similares), es lógico que resulte tan complicado encontrar candidatas a consejeras.

Algunos bienpensantes -y no faltan mujeres entre ellos- consideran que las cosas van a cambiar por sí mismas y por esta razón critican las presiones recogidas en la Ley de Igualdad a través de las que se obliga en un plazo de cinco años a una cierta paridad en la composición de los Consejos de Administración. El número de universitarias y mujeres preparadas en términos empresariales, argumentan, supera incluso al de los hombres en muchos casos, y por tanto esa cifra se verá reflejada en presidentas y consejeras delegadas en unos 15 años más sin que sean necesarias determinadas leyes. Sin embargo, esta hipótesis de futuro demuestra un optimismo desmesurado. Todavía hay demasiados obstáculos organizativos y sociales de carácter más estructural que frenan incluso la disposición de muchas mujeres a ser promovidas a puestos de responsabilidad, porque entienden que el precio a pagar en su vida familiar o personal es excesivo y los resultados de su posible lucha, dudosos.

Eso, sin olvidar la aseveración del prestigioso informe de Catalyst sobre el ritmo de crecimiento de consejeras que, aunque referido a Estados Unidos,  no contempla un equilibrio de sexos en los Consejos de Administración hasta 2076.

En cualquier caso, la mayor bofetada al optimismo la dan las cifras. Según un informe de la Comisión Europea de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de 2008, las mujeres ocupaban ese año un 9,7 por ciento de los puestos en los Consejos de Administración de las 300 principales empresas europeas, lo que significa que de un total de 5.146 asientos, sólo 501 los ocupaban mujeres.

Ese porcentaje representa la media europea, si bien se detectan situaciones muy distintas en cada país. El que más ha avanzado en este tema es Noruega, con un 44,2 por ciento de representación femenina en sus grandes compañías. España se encuentra algo mejor que Grecia, Italia y Portugal, pero la cifra de mujeres en consejos oscila entre el 6 por ciento registrado por la Unión Europea y el 8,7 presentado por IBEX en 2008, lo que representa un total de 44 consejeras frente a 507 consejeros. La evolución es un hecho desde 2004, cuando había 18 mujeres, pero aún queda mucho por hacer.


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