La Biomasa: Una apuesta limpia y eficiente en España.

La situación mundial por la cual atravesamos hoy en día se destacan diferentes problemáticas, entre ellas unas de las más importante relacionadas al campo energético son el cambio climático por emisiones de CO2 ante la quema de combustibles fósiles y la estabilidad del crudo en el mercado internacional y la nula disposición de potencias como China y EE UU en el control de emisiones de efecto invernadero.

En 2009 se publicó una estrategia enfocada al 2020 en la EU, donde se busca que el 20% de la energía primaria debería ser de origen renovable, reducir un 20% las emisiones de CO2 a la atmosfera y aumentar la eficiencia energética en un 20%. En el caso de España en el periodo 2005-2010 no pudo alcanzar sus objetivos y las nuevas exigencias son aún mayores impuestas por la UE de un crecimiento energético de un 64%, frente a un 86% de toda la Unión.

Las energías renovables en España presentan un escenario un tanto desalentador con cierta inseguridad jurídica y falta de planificación perjudicando directamente los sectores fotovoltaico y eólico debido a las primas elevadas que presentaron como motor impulso de dichas tecnologías sin meditar los limites.

En este nuevo periodo España presenta una oportunidad para impulsar el desarrollo de la producción de electricidad mediante la biomasa forestal, aprovechando las ventajas económicas y ambientales asociadas a su producción y explotación. La biomasa augura diferentes ventajas, se puede cultivar y potenciar su desarrollo productivo, es la fuente renovable que más empleo genera por unidad de energía producida y su cultivo permite la creación de riqueza y cohesión social, en zonas rurales que por los general son zonas de escasos recursos, es una de las fuentes de energía más estable, ya que es gestionable pudiendo general durante 24 horas, otra ventaja es que según la publicación de la revista Ecosystems concluye que si se extrae biomasa para bioenergía para producir astilla o pélets se podría modificar de manera importante el régimen de incendios. Concretan que “si la extracción de biomasa se ubica de manera estratégica en áreas de alto riesgo de incendio, y según los modelos, podría llegar a suponer hasta un 60% de reducción». En esencia, el desarrollo de la energía con biomasa en España podría permitir ahorrar hasta 12 millones de toneladas de CO2. Finalmente, el aprovechamiento de la biomasa repercute en la reducción de quemas incontroladas de residuos agrícolas, lo que resuelve los problemas de acumulación y eliminación.

El desarrollo de esta tecnología en España debe tenerse muy presente, fijándose en las ventajas comparativas que esta tecnología pose frente a otras, en materia de soluciones ambientales, empleos, ya que permite generar nueve empleos inducidos por cada megavatio instalado y ahorro de energético representando un costo menor de generación frente a las tecnologías convencionales.


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