EL FUTURO DEL COCHE ELÉCTRICO
Muchos ven el coche eléctrico como el futuro del transporte y como una tecnología nada madura que aún se encuentra en su curva de aprendizaje. Sin embargo, lo que no todos saben es que este vehículo fue uno de los primeros automóviles que se crearon en la historia. De hecho, fue inventado previamente a los motores de cuatro tiempos (motor diesel -Diesel- y gasolina -Otto-) en los que se basan los coches actuales.
Debido a las limitaciones tecnológicas, la velocidad máxima de estos primeros vehículos se limitaba a unos 32 km/h, por ello fueron comercializados para la clase alta del siglo XX. Además, se consideraban vehículos muy adecuados para las mujeres debido a la conducción limpia que poseían (no era necesario el arranque manual con manivela que necesitaban los automóviles de gasolina de la época).
Entre las diferentes ventajas e inconvenientes (puntos de mejora) del vehículo eléctrico en la actualidad cabe destacar los siguientes:
VENTAJAS
- No producen contaminación atmosférica ni sonora.
- Ahorro de petróleo e independencia energética del exterior siempre que la electricidad se genere con energía primaria autóctona del país.
- Mantenimiento y costo del combustible mucho menor al de uno convencional.
- Mayor eficiencia y par motor a partir de cero revoluciones. Además, no posee marchas, por lo que la respuesta de aceleración es muy elevada.
- Frenado regenerativo para cargar las baterías, lo que implica una mayor eficiencia y un menor consumo.
- Mejor agarre a las curvas debido a una optimización del control del par motor, con lo que aumenta la seguridad de conducción.
DESVENTAJAS
- Carga de las baterías y precio: Las baterías con una gran autonomía son excesivamente costosas y tardan muchas horas en recargarse (hasta 9 horas).
- Contaminación en la generación de la electricidad: En algunos casos la electricidad para recargar las baterías se genera con materias primas contaminantes. Esto dependerá principalmente del mix eléctrico del país.
- Menor autonomía que un coche convencional: Necesita recargas frecuentes.
- Fuerte desembolso de inversión inicial: Puede llegar hasta a triplicar el costo de un coche convencional.
- Falta de puntos de recarga: Poco a poco se están incrementando, pero hace falta apoyo por parte del país o incluso estaciones de servicio que puedan cambiar las baterías descargadas por otras con carga de forma inmediata.
Como comentábamos anteriormente, existe una creencia generalizada de que, al no quemar combustibles fósiles, el coche eléctrico supone cero emisiones de CO2, pero esto no es así. Es importante tener en cuenta como se genera la energía eléctrica con la que se recargará el vehículo. Esta energía no es primaria y por ello se utilizan otras fuentes de energía primaria para generarla que conllevan unas emisiones de CO2 asociadas.
Según un estudio de la revista Ciencia y Tecnología para el medio ambiente, la polución de los coches eléctricos en China, podría ser más perjudicial para la salud que la de los vehículos de gasolina debido a lo anteriormente expuesto. El caso de China es extremo dado que el 85% de la producción de electricidad se realiza con combustibles fósiles (90% carbón).
España gracias al elevado aporte de las renovables en el mix de generación eléctrico (21,2% de eólica en 2013 y 20,4% en 2014 –datos REE-) tiene unas emisiones relativamente bajas. A este consumo, además, hay que añadir el rendimiento de almacenar la energía eléctrica en una batería. Guardar la energía eléctrica en una batería para recuperarla más tarde tiene unas pérdidas aproximadas del 20% con lo que si se quiere utilizar 80 kWh necesito consumir de la red eléctrica 100 kWh.
Por otra parte debe tenerse también en cuenta las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación del vehículo. En este caso el vehículo eléctrico parte con desventaja debido a las elevadas emisiones asociadas a la fabricación de la batería eléctrica. Los estudios estiman que estas pueden suponer hasta el 35% de las emisiones de toda la vida del vehículo. Si sus emisiones durante su vida útil son menores que los de un coche de gasolina, estas emisiones se compensan a partir de ciertos kilómetros recorridos.
Sin embargo, una gran ventaja de los vehículos eléctricos es que las emisiones de CO2 (tanto las debidas a su fabricación como las debidas a la electricidad que consumen) se producen en lugares aislados de los núcleos de población (fábricas y centrales de generación eléctrica).
Viendo las ventajas e inconvenientes anteriores, a modo de resumen podemos concluir que el vehículo eléctrico tiene un futuro casi inmediato, pero antes se deben resolver algunos retos, como son la disposición de buenas redes de suministro y recarga, el desarrollo de baterías con más autonomía o el perfeccionamiento de los motores eléctricos. Además, el uso de vehículos eléctricos solo supondrá una reducción de emisiones si lo recargamos con energía eléctrica limpia y esto ya no depende del usuario, sino de la política energética de cada país.