Implantación y recuperación de instalaciones minihidráulicas: Contexto mundial

La realidad energética actual está marcada por un fuerte incremento del consumo mundial de energía y un agotamiento paulatino de los recursos utilizados tradicionalmente para su generación, combinado con fenómenos medioambientales muy alarmantes cuyo mejor ejemplo es el cambio climático. Por lo tanto, el desarrollo e impulso de fuentes energéticas renovables resulta incuestionable en toda sociedad que pretenda desarrollarse de forma sostenible. En este contexto, la explotación de un recurso renovable como el agua a través de mini centrales hidroeléctricas es una alternativa necesaria y que debe formar parte del mix energético de toda sociedad.

Pese a que el agua es un recurso presente en todos los países, hay que señalar que su nivel y potencial de desarrollo toma distinto calibre según en qué región del planeta nos encontremos. En algunos países europeos (como España), Estados Unidos, Canadá, por ejemplo, la energía hidráulica ha servido de motor de desarrollo en las últimas décadas del siglo pasado. Sin embargo, gran parte del potencial hidroeléctrico restante en el mundo existe en los países en desarrollo de África, Asia y América.

Concretamente, África del Este tiene una capacidad sin explotar superior a 6,2 GW; y la región de América Latina tendría más de 9.3GW aún sin explotar, que representan el 82 % del total disponible. En estas regiones en desarrollo, la implantación de nuevos aprovechamientos supondría un gasto elevado, sobre todo por la inversión inicial en la obra civil a realizar. Sin embargo, para zonas rurales aisladas que no tengan acceso a la red, conlleva la posibilidad de ampliar las horas de luz, incrementa las posibilidades de empleo y hace avanzar a sociedades energéticamente aisladas hasta el momento, o alimentadas por combustibles más contaminantes que el agua.

Por otro lado, en América del Norte y Europa, un gran porcentaje del potencial de energía hidráulica ya se ha desarrollado con éxito. Si bien algunos grandes proyectos hidroeléctricos se enfrentaron en ocasiones a cierta oposición pública que criticaba su fuerte impacto medioambiental, los aprovechamientos de mini hidráulica están ahora en desuso por el simple hecho del cambio del modelo energético actual basado en grandes centrales de producción principalmente a base de combustibles fósiles.

Así, en países como España, donde existen muchas instalaciones en desuso, la recuperación de las mismas resulta clave para ayudar al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible a los que tantos países se han comprometido. Además, la investigación sobre turbinas más eficientes y la mejora en los sistemas de control de estos últimos años, permite disminuir el coste de las mismas.

En rseumen, hay que recordar que el potencial de desarrollo de pequeñas centrales hidroeléctricas en todo el mundo es muy alto todavía. Esta tecnología tiene un gran futuro si las Administraciones las apoyan con políticas públicas acordes. Las instalaciones de mini hidráulica tienen, en conclusión, el potencial de crecimiento de una tecnología a pequeña escala que tiene un gran papel que desempeñar en los sistemas eléctricos nacionales, la generación distribuida y la integración energética de zonas aisladas, la sostenibilidad y la seguridad energética.

Helena Martínez Ortiz

MEERRON


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