Consideraciones Minihidráulicas en Brasil

Brasil tiene un sistema fluvial muy privilegiado, y eso es decisivo para la generación de energía hidroeléctrica. Además de detener a una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, cuenta con ríos de longitud, anchura y profundidad muy favorable a la instalación de energía hidroeléctrica. Todas estas características hacen que el Brasil, según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se posiciona como el país con el más alto factor de capacidad en el mundo (57%, frente al 42% en China y el 34% en los EE.UU., por ejemplo).
Según datos de 2012, la capacidad instalada para generación de energía eléctrica de Brasil está en cerca de 117 GW, sendo que el 3,51% son abajo de 30 MW.
Según VIANA (2004): La llegada de las primeras plantas hidroeléctricas en Brasil ocurrió a finales del siglo XIX y XX y se caracterizó por la presencia de explotaciones hidroeléctricas pequeñas. Hasta la década de 1950, el país apoyó su electrificación en las plantas pequeñas y medianas plantas, que son propiedad de
empresas privadas o de la municipalidad. La política de tasas de la era asociado con una inflación significativa reduciran la inversión privada en el sector eléctrico. Esto generó da necesidad del Estado tener una mayor participación en el sector, garantizando la ampliación de las instalaciones de generación. Según Viana (2001), «toda la filosofía de suministro de electricidad estaba cambiando con la aparición del grandes sistemas eléctricos de la naturaleza estatal en lugar de pequeños sistemas con características regionales y que pertenece a lo privado o municipal.» Hoy la realidad energética es diferente. Para implementar la libre competencia y la competitividad, los servicios de electricidad fueran privatizados, mediante la aplicación de una regulación y supervisión, el la busca por transparencia para atraer capital extranjero. Dentro de esta nueva realidad, con el trauma de la crisis energética de 2001, la centralización de la planificación energética del país en el MME y el programa de la energía universal, las explotaciones de pequeñas centrales hidroeléctricas volvieran a recibir atención dentro del panorama energético nacional. (http://www.seeds.usp.br/pir/arquivos/congressos/CBPE2004/Artigos/MICROCENTRAIS%20HIDREL%C9TRICAS%20-%20ALTERNATIVA%20%C0S%20COMUNIDADES%20RU.pdf
También el Atlas de Energía Eléctrica de Brasil (2002) indica que: Los recientes cambios institucionales y normativos, la introducción de incentivos para los empresarios interesados ​​y la eliminación de una serie de barreras a la entrada de nuevos actores en la industria de la energía eléctrica, así como la revisión del concepto de pequeñas centrales hidroeléctricas (PCH) han favorecido la proliferación de hidroeléctricas pequeñas y con impacto ambiental bajo en Brasil. Estos proyectos buscan satisfacer las demandas cercanas a los centros de carga en las zonas periféricas a la red de transporte y puntos marcados por la expansión de la agricultura nacional, fomentando el desarrollo de las regiones más remotas del país. Para fomentar la construcción de nuevas centrales, ANEEL ha creado las condiciones para alentar a los empresarios, destacando las siguientes:

Así, según el sitio de la empresa Brazil Energy, el sector cuenta ya con más de 400 pequeñas centrales hidroeléctricas en operación, que representan aproximadamente el 3,32% de la capacidad total instalada en el país, además, alrededor de 200 plantas de energía, por un total de más de 1.400 MW, está programada para entrar en operación hasta 2015, y, de éstos, 59 ya están en construcción. Gran parte del atractivo del sector de PCH se explica por los márgenes operativos más altos alcanzados con el bajo costo de generación/mantenimiento y por ser una fuente que tiene un largo historico de medición de descargas, lo que mitiga el riesgo de una generación efectiva menor de la prevista . Además de estos factores, las PCH permiten un mejor atendimento a las necesidades de carga en pequeños centros urbanos y las zonas rurales, ya que, en la mayoría de los casos, complementan la provisión hecha por el sistema interconectado para el consumo a ciertas distancias. A pesar del entusiasmo con el sector en el largo plazo, algunos proyectos están teniendo que superar los retos a lo largo de la promoción y la construcción de las plantas. Hoy en día, además de una mayor dificultad en la obtención de licencias ambientales, el sector se ha enfrentado a dificultades en proyectos factibles considerando los crecientes costos de construcción y los bajos precios de energía practicados en las subastas celebradas recientemente por el gobierno (a precios de 2011 eran cerca de $ 100/MWh), a pesar de la fuerte caída de los precios de las compras de equipo permanente. Para los próximos años, el reto del sector es reducir los altos costos de la implementación de este tipo de plantas que, de acuerdo con los agentes del mercado, puede ser entre $ y $ 6.000/kW 7.000/kW.
(http://brazilenergy.com.br/portfolio/brazil-hydropower/perfil-do-setor/)

Así se puede ver como el potencial de generación de energía hidroeléctrica para Brasil todavia es muy grande, y que está se volviendo a activar las microcentrales de generación. Este movimiento es visible y las inversiones ya son amplas. Lo que se ve es más una alternativa de generación de energía para la matriz nacional, integrada a las necesidades del país.

No hay comentarios / 25 Mar 2013 por Leidiane Mariani
MEERRON /

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