Unos ejemplos de cómo convertir nuestras debilidades en fortalezas

Me encanta Juego de Tronos, y al buscar información sobre la siguiente temporada, he visto la hermosa y cruda realidad. Una reflexión que emana de estas noticias, publicadas en adslzone.net

Time Warner reconoce que la piratería de Juego de Tronos es mejor que ganar un Premio Emmy

Los ingresos millonarios gracias a Juego de Tronos contradicen el daño de las descargas P2P

Director de Juego de Tronos reconoce que la piratería beneficia a la serie

 

Artículos de los que destaco partes en negrita:

Nuevas voces discrepantes en el seno de la industria del cine en torno a la llamada “piratería” online. Si bien la corriente mayoritaria del sector considera muy perjudicial las descargas no autorizadas, desde la compañía responsable de una de las series más exitosas de los últimos años se tiene una concepción totalmente distinta de este fenómeno.

Juego de Tronos, serie que arrasa en todo el mundo tanto en canales de televisión como por Internet en plataformas legales y otras como el P2P, ha logrado que el discurso sobre “piratería” que sostenían sus creadores haya cambiado radicalmente. Las últimas declaraciones de Bewkes señalan que las descargas de la serie se han multiplicado gracias al “enorme efecto boca a boca” que provocan. Esto produce una reacción en cadena, ya que al ser más los interesados en la serie, se multiplican los accesos por vía legal a la misma y consiguientemente los beneficios que recauda.

La piratería como un halago

“Ahora mismo es mejor que ganar un Premio Emmy”, destacó Bewkes sobre las bondades de este efecto. Uno de los directores de la serie, David Petrarca, ya afirmó meses atrás que la “piratería” aumenta la popularidad de la serie e incluso el propio Martin reconoció que es un “halago” que millones de internautas descarguen la serie.

De este modo, estamos ante un fenómeno que viene a confirmar en qué modo las descargas acaban por impulsar a las series más exitosas, algo que también sucede con las películas más taquilleras. El acceso a través de P2P o por descarga directa a estos contenidos potencia la rentabilidad de películas y series,como demuestran los datos que cita Bewkes en los que indica que el número de suscriptores a HBO ha aumentado gracias en parte a esta situación.

Robb planea su estrategia sobre el mapa de Westeros

¿Por qué no plantearse que las descargas y el P2P pueden ser muy beneficiosos para la industria? De hecho, han sido varios los estudios que han confirmado que los usuarios habituados a descargar contenidos en redes como BitTorrent acaban por ser los mejores clientes de la industria.En muchos países como España, además, son estas redes y las páginas de enlaces las únicas que permiten el acceso a multitud de series. El pasado año se calculó que la oferta en la red P2P eMule en cuanto a series cuadruplicaba a la bautizada como “oferta legal”.

 

¿Cuántas voces serán necesarias para que la industria deje de criminalizar las descargas ante los beneficios que le acaban reportando de forma indirecta? A día de hoy son imparables por mucha ley o amenaza que introduzcan en la Red, por lo que deberían centrar sus esfuerzos en monetizar de la mejor forma sus producciones y en Internet encontrarán un aliado magnífico para ello.

 

 

Hay dos aspectos en estas noticias:

 

Primero. Aún hay gente negando la realidad: Internet ha cambiado la forma de vivir de las personas. Otros medios de comunicación y entretenimiento (TV, radio, prensa de cualquier tipo, libros,…) no tienen más remedio que quedar relegados a ser un recurso más dentro de Internet, donde puedes recurrir a todos ellos al instante, donde y cuando tú los quieres, que hoy en día es lo que importa.

Ediciones digitales de periódicos (yo estoy convencido de que los periódicos están subvencionados, eso no puede ser rentable hoy en día), descargas de música o de libros electrónicos, vídeos en streaming, son la adaptación al cambio con que Darwin nos iluminó, también para los negocios.

 

Segundo, derivado del primero. Muchas industrias sobre todo de cultura masiva como lo son el cine o la música, se resisten a negociar con Internet, en un win-win entre internauta y empresa.

La S.G.A.E. y asimiladas (controladas por la “E.” de editores, no nos engañemos, pretende vivir toda la vida del cuento a base de cánones y sentados en un sofá) es un buen ejemplo de ello. Por el contrario, cada vez son más los músicos que aprovechan la red para dar a conocer sus canciones (p.e. Pablo Alborán) y salir a la calle a ganar dinero dando conciertos, pasándolo bien, hacer felices a sus clientes, ganar su dinero, “morir con las botas puestas”… ¿no es esto mayor satisfacción personal?

Véase el pique que mantienen por este motivo, desde hace años, dos cantantes que encarnan ambas posturas, que desembocó con un título:”Dímelo en la calle”. Sabina hará lo que haga y cantará demagogia, pero es indiscutible que es más músico que “empresario”, en el peor de los sentidos. “Más piratas y más grandes”, los llamó. Por el contrario, Ramoncín ha vivido hasta ahora de una canción de éxito en su vida, lo cual no da para concierto alguno, y menos tras años apoltronado.

 

Del mismo modo, hay quienes lloriquean por perder ventas de BluRays y quienes aprovechan para hacerse un hueco (como Malviviendo) en el mercado del cine.

Sabemos que nada es gratis, pero si quieres vender, tienes que mostrar y demostrar el producto, mediante algún canal. E Internet es el medio que engloba a otros medios.

 

¿Qué hace falta para que la industria cultural cambie su discurso? Quizá debería esta centrarse más en su papel creador y en adaptar sus modelos de negocio a los nuevos tiempos. Probablemente incluso mejorasen sus registros económicos.

 


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