EL MARKETING TURÍSTICO INBOUND COMO NUNCA TE LO HAN EXPLICADO

Imagina que eres un país con un gran potencial turístico. Un país mediterráneo, con casi 8.000km de costa en forma de espectaculares playas e islas paradisíacas. Un país con unos recursos naturales tan numerosos como diversos,  con una gran herencia cultural y tantos monumentos históricos que no hay guía que pueda recogerlos todos. Un país con un sinfín de culturas y un rico folklore regional, con un carácter único que se contagia y transmite a través de sus gentes. Y por supuesto, unas ciudades que enamoran y una gastronomía famosa en el mundo entero por su identificación con la salud y el bienestar. Y ahora imagina que quieres ofrecerlo como destino turístico, para que el resto del mundo se sienta atraído por este país maravilloso. Que lo tengan como primera opción para contratar sus vacaciones y como lugar de reunión para posibles negocios.

¿Qué puedo hacer para conseguirlo?

El marketing  tradicional (o marketing outbound) te aconseja que te vendas mediante campañas y promociones, que ofrezcas descuentos y compitas con el resto de países en número de turistas. El marketing tradicional busca aumentar la cantidad  de turistas, el dinero. Promueve campañas con objetivos de rentabilidad a corto plazo. Es el marketing outbound  o marketing de gasolina.

El inbound marketing es el marketing diesel. El que no da tantos acelerones ni se cala después de cada campaña, sino que busca una duración mayor y más estable en el mercado. Intenta que el cliente te busque, se familiarice con la marca y poco a poco, sin darse cuenta, se encuentre irresistiblemente atraído hacia tu producto. Este tipo de marketing busca en lo más profundo del ser humano para encontrar sus motivaciones, entender por qué viaja y qué es lo que busca en un destino turístico; y trabaja para acercarse a sus gustos. El inbound marketing  lucha por hacer creer al cliente que la idea de visitar un determinado lugar ha sido enteramente suya, y que tu oferta casualmente estaba ahí a su disposición y él la ha elegido por ser la que más se aproxima a lo que estaba buscando. Prevalece aumentar la  calidad de visitantes frente a la cantidad, entendida como calidad el grado de implicación del turista con el destino elegido.

¿Y cómo lo hago?

Empieza por hacer las cosas bien. Asegúrate de que tienes un sistema de calidad, unas buenas infraestructuras, un personal profesional y formado y en definitiva, un buen sistema que incluya la calidad en el servicio como eje principal de toda la cadena de valor. Que los potenciales clientes sientan que son la prioridad es esencial.

El siguiente paso es meterte en la mente de los consumidores. Subrepticiamente, sin que se den cuenta. Averigua qué les gusta, dónde consumen y cuáles son sus motivaciones a la hora de viajar. Cuando tengas este perfil formado, empieza a trabajar para posicionarte entre sus prioridades viajeras. Elije un par de características, las que mejor te definan y te diferencien del resto de países y trabájalas para sacarles el máximo rendimiento. Céntrate en el público que sepa apreciarte, aquel con el que mejor puedas conectar. Obtendrás mejores resultados si trabajas aquello en lo que crees, en aquellos segmentos que te apasionan y conoces a la perfección. No se trata de vender, sino de crear una imagen positiva en la mente de los posibles consumidores y quedarse ahí, en un rincón cómodo y calentito para esperar con paciencia a que un día estén buscando el próximo destino para sus vacaciones.

Finalmente, cuando tu imagen ya esté consolidada y sea apreciada y distinguida por la comunidad internacional, cuando el campo está preparado y las condiciones sean propicias….zas! ataca con una estrategia de marketing tradicional (o outbound). Realiza una llamada de atención, sorprende con un mensaje que diga “¡Hola! ¿Te acuerdas de mí? No solo soy un país maravilloso, sino que además estoy aquí, quiero que vengas a conocerme y para ello te ofrezco un servicio especial solo por ser tú”.

Ante semejante oferta, adaptada completamente a los gustos y condiciones que deben cumplir los destinos turísticos según la percepción de estos clientes, y que llega en el momento justo al canal adecuado ¿quién puede resistirse? Esa es la idea general del inbound marketing, la de guiar al potencial cliente en todas las fases de su decisión de compra mostrando un interés genuino por lo que le gusta y lo que le mueve a tomar decisiones.

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Ahora, imagina que eres un país con un fuerte potencial turístico y que conoces la dinámica y los beneficios del inboud marketing. ¿A qué esperas para empezar a implantarlo en tu estrategia global?


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