Tres metas para vivir tu futuro: II La Voluntad

Spinoza decía que la voluntad es una forma de pensamiento, sin embargo la madre Teresa mantenía que la voluntad es una forma de conducta. Quizá el pensamiento sea primero y la acción después: si quiero, puedo.

Schopenhauer, siempre admirado, mantenía que existe una voluntad en el universo y otra en el individuo, cuando se manifiestan el hombre forja su personalidad y carácter. Es posible que este pensamiento lo retomara de Balmes que afirmaba que el hombre tiene un gran caudal de fuerzas sin emplear y que necesita de la voluntad para extraerlo y activarlo.

voluntariado

Las manifestaciones de la voluntad han de ser libres y conscientes. Someter la voluntad es una forma de esclavitud que se produce, a veces sin darnos cuenta, en muchas relaciones profesionales y personales. Guerra definitiva al síndrome de Estocolmo.

Una teoría muy curiosa sobre la voluntad, la voluntad estoica, se refiere a la manera de adquirir la fuerza de voluntad o firmeza de carácter y consiste en no someterse a aquellas situaciones que en un momento dado puedan resultar placenteras (Isabel Pinillos y Miguel García). El estoicismo servido en bandeja de plato cuando André Gide exclamaba: “No hay que esforzarse en el placer, sino encontrar placer en el esfuerzo”. ¡Qué lejos de la realidad de hoy!

Las personas contemporáneas contemplan el éxito como el resultado de un triunfo milagroso en el que decisión, voluntad y fe, constituyen sus ingredientes. Años antes, Lawson explicaba que “Las cosas se logran por la decisión de carácter unida a la fe en sí mismo y a una gran heroica perseverancia” (en “El gran reto de vivir la vida”)

Hay que poner en duda si la voluntad, como proceso seminconsciente y constante, es verdaderamente voluntad. Muchos estudios distinguen entre voluntad y hábito (voluntad constituyente y voluntad constituida de Foulquié). En realidad la voluntad exige de una decisión absolutamente consciente y motivada por muy hecho que se tenga el carácter al sacrificio o al esfuerzo. El círculo motivacional que surge de la teoría de Maslow así lo demuestra.

Albert Einstein:

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad o la energía atómica: la voluntad”

La voluntad es siempre una facultad, una capacidad personal e intransferible en virtud de la cual decidimos y ordenamos la propia conducta, ha de ser consciente y ha de estar dirigida a un resultado. Los ejemplos de voluntad más importantes que se han conocido en el último siglo identifican a Gandhi, Lutter King y a Teresa de Calculta como paradigmáticos. Siempre queda la duda en el binomio voluntad-deber, cuál de los dos es el protagonista.

Lo que parece claro es que sin voluntad la acción queda reducida al hábito y no podemos plantearnos un futuro en el que la voluntad, por ello la acción, no sea protagonista de nuestra vida.

Me gustaría destacar dos frases sobre la voluntad. Una de Menandro de Atenas: “quien tiene la voluntad, tiene la fuerza”, o la de Albert Einstein “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la voluntad”.


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